Enhorabuena a Sebastian Vettel por proclamarse campeón del mundo de Fórmula 1. Todo esto ha sido fruto del trabajo en equipo (preguntadle a Webber), la pasión por ganar, el sacrificio personal y un montón de historias más que ya están escritas en los libros de historia y de estilo. La cuestión es que el alemán lo ha conseguido y buena parte de España y del mundo ha estado al tanto de ello. Ha sido un mal día para Alonso y Ferrari. Y algunos incluso lo han celebrado. Entiendo la alegría en Alemania, incluso cierta risilla en la Gran Patraña pero, ¿por qué aquí en casa? ¿Apostaste a favor del alemán? ¿Te tocó la lotería?
Parece que a algunos les hace daño ver a Alonso ganar. Y disfrutan viéndolo perder. Las escusas son de cualquier tipo: "que si es arrogante", "que si es chulo", "que si es un llorón", "que si me duele la barriga", "que los atascos de tráfico me agobian", etc. Parece como si fuese el único tipo que es imperfecto o que no le cae bien a todo el mundo. No señores, el mundo está lleno de este tipo de gente. Sin ir más lejos, yo soy uno de ellos. Y tú otro.
Entonces ¿a qué viene esta crítica irreprimible? ¿Y a mí que me preguntan? A mí me gusta la Fórmula 1. Afortunadamente crecí entre automóviles. Algunos de ellos murieron en mis manos (soy una máquina quemando motores lo reconozco, como el amigo Kimi Räikkönen). Por ello, la pasión de la gasolina está en mi cabeza mucho antes que nuestro insigne campeón llenase las portadas de los periódicos y los minutos del telediario. Yo vi a Ayrton Senna y Alain Prost darse de bien en Suzuka... dos años seguidos. Luego a los intocables Williams Renault llevarse carrera tras carrera. Después a Mika Häkkinen desafiar a la muerte que, sin embargo, se llevó al piloto más carismático de todos los tiempos. Y finalmente me aburrí como buen hijo de vecino viendo a Schumacher arrasar.
Yo disfruto de una buena carrera la gane quien la gane. Lewis Hamilton me parece un gran piloto, seguramente el más rápido de la parrilla, aunque un poco alocado. Admiro el valor de Mark Webber, un auténtico maverick, capaz de desafiar lo que debería haber sido una carrera deportiva triste y gris para llegar a ser un campeón en potencia. Sebastian Vettel es el campeón del mundo más joven de la historia y Button ha cambiado su imagen de lento caballero inglés, por la de Sir Jenson. Pero si disfrutamos con las victorias de los otros ¿por qué no hacerlo con las de Fernando? Me pregunto si en Alemania o en Gran Bretaña habrá tantos antis.
Alonso no invento la F1. No al menos para mí, puede que para otros sí. Lo curioso es que de toda esa gente que ahora critica a Alonso, muchos ni siquiera veían antes las carreras... ¿y para que lo hacen con lo aburridas que son? Ah, lo hacen para criticar al ganador. O porque no tienen nada que hacer los domingos por la mañana ¡Salgan a correr un rato para bajar panza, amigos! Algunos que generan estas opiniones son aquellos a los que Fernando no les concede entrevistas o no los invita a sus fiestas. "Es mala gente", dicen por ello. Está claro que Alonso es un tipo conservador en lo relacionado con su familia y cierta prensa no es feliz acerca de esto. El que pague sus impuestos aquí o allá es algo que tendrá que discutir con Hacienda. Sus celebraciones, son suyas. Sus victorias, un poco de todos los aficionados.
Para Alonso no ha podido ser, como para Webber o Hamilton. Vettel ha sido el vencedor de la temporada más apretada de la historia de la Fórmula 1. ¡Enhorabuena al campeón y el año que viene más!
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